El suelo pélvico es el grupo de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. Su objetivo es sostener los órganos pélvicos (vejiga, uretra, útero, vagina; y recto) en la posición adecuada porque de ello depende su normal funcionamiento.
El suelo pélvico es dinámico, adaptándose a nuestro movimiento, a los cambios posturales… Lo consigue manteniendo una tensión óptima que sujeta nuestra vejiga, el útero y el recto dentro de la pelvis. Cuando el suelo pélvico se debilita, las estructuras que sostiene tienden a descender generando problemas en su funcionabilidad.
Cuando el suelo pélvico está debilitado puede provocar molestias, dolor, incontinencia urinaria, prolapsos (caída de los órganos intraabdominales), disfunciones sexuales, dolor de espalda, coloproctología, enfermedad de Peyronie, dismenorreas…
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